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Cómo la tecnología definirá el mundo post Covid-19

Información publicada en ABC.es


Las medidas de confinamiento en la lucha contra la pandemia ha servido de «acelerador» para la digitalización de muchas empresas: teletrabajo, telemedicina, robótica asistencial y comercio electrónico se extenderán aún más cuando se supere la crisis sanitaria.

Uno de los pocos aspectos positivos de la pandemia del nuevo coronavirus Covid-19 es que ha impulsado la digitalización. Aunque se hecho a marchas forzadas y tomando atajos que de otra manera no hubiera sido posible, las medidas de confinamiento y distanciamiento social implantados como defensa contra los contagios ha revelado la importancia de algunas tecnologías ya existentes que han cobrado aún más relevancia. El comercio electrónico, la robótica asistencial, el teletrabajo o la monitorización en tiempo real de la salud son áreas que, según los expertos, se extenderán aún más en las sociedades avanzadas.


Porque la realidad es que el mundo se ha visto de otra manera desde el prisma de la innovación. Con la actividad económica en barbecho

 y unas preocupantes previsiones de desempleo, la tecnología y el emprendimiento se ha convertido en una tabla de salvación para muchas empresas con un objetivo claro: reactivar la economía en esta mal llamada «nueva normalidad». Son muchos ejemplos de que cómo una llamada a la transformación digital a tiempo hubiera sido un amortiguador a la crisis santaria. Como los 740 millones de euros no ganados al mes que, sorprendentemente, se han evaporado a una de las cadenas de ropa más rompedoras de los últimos años, Primark. Sin tienda online, la multinacional ha visto pasar de perfil, sin apenas margen de maniobra, un fructuoso negocio que durante la pandemia de coronavirus Covid-19 se ha revelado como indispensable, el comercio electrónico.


Desde supermercados hasta lonjas de pescado han tenido que acelerar sus planes digitales con urgencia y con premeditación. Porque si ha habido alguna luz en este túnel, alguna lección que aprender además de intentar ser mejores personas, es la necesidad de transformación digital de los procesos industriales. Los expertos creen que, a pesar de la desgracia socioeconómica a la que se ha visto sometido medio mundo, la crisis sanitaria ha servido de «catalizador» para acelerar soluciones tecnológicas ya existentes pero que apuntan a su consolidación en el futuro. El mundo post Covid-19 es posible que tenga mucho que ver con lo aprendido en estos meses. Nuevas oportunidades para ahondar en la digitalización.

El teletrabajo se impondrá

El teletrabajo, sin ir más lejos, se ha revelado como una de las fórmulas productivas más incipientes y necesarias para mejorar los procesos en las empresas. La gran mayoría no contaban con proyectos de trabajo en remoto. Se ha tenido que improvisar, muchas veces a costa de poner en riesgo la seguridad informática. La idea es que, tras este curioso ensayo mundial, lo más probable, aseguran expertos consultados por este diario, es que se desarrolle aún más.

Sus ventajas son obvias: mejor aprovechamiento de recursos como el tiempo, ahorro de costes, mayor productividad y, además, una suerte de alfombra para la conciliación familiar. Lo más seguro es que se abra la puerta para siempre en el tejido empresarial español después de la experiencia pero se deberán desarrollar planes concretos. «Muchos empleados ya nos han dicho que no quieren volver a la oficina», recalca en conversación telefónica con ABC Agustín Rodríguez, director general de PfsGroup, empresa tecnológica, que en un escenario previo asegura que el 60% de sus trabajadores teletrabajaban algún día a la semana; ahora, se prevé que se extienda a más de media semana. Pero, para ello, es necesario que las empresas dejen de lado el presentismo laboral y se centren más en alcanzar objetivos y completar proyectos.

«Es una tendencia que ya existía, porque teletrabajar aporta unas ventajas positivas para los empleados y empresas. Ya se visibilizada antes», insiste. «No es que hayamos hecho un cambio. La tendencia ya existía y esto [por la pandemia] ha venido a acelerarla, pero es necesario una transformación eficiente. Estábamos obsesionados con la digitalización, pero la diferencia es que estábamos obsesionados con la “obesidad digital”, con llenar de aparatos electrónicos y servicios sin una misión clara», lamenta.

En la misma línea se sitúa Álex de las Heras, Head of Brand & Communications de Welcome to the Jungle, quien en declaraciones a ABC sostiene: «En los últimos años el teletrabajo era ya una tendencia en alza, especialmente en ciertos sectores y puestos, como aquellos relacionados con la tecnología, donde este tipo de modalidad es fundamental para atraer al mejor talento. Pero el teletrabajo forzado como consecuencia del confinamiento ha provocado que muchas empresas se hayan visto en la obligación de reaccionar rápido para intentar ofrecer, por primera vez, el cuadro propicio para el trabajo en remoto».

La ciberseguridad cobrará más peso

Para José de la Cruz, director de tecnología de la firma de seguridad Trend Micro, el teletrabajo ha llegado para quedarse ha sido un «habilitador» para que las empresas se conciencien de que, por ejemplo, «es viable y funciona muy bien». «Desde el punto de vista de seguidad, cualquier adopción de tecnología siempre va a conllevar riesgos. La seguridad siempre, por desgracia, se queda atrás prevaleciendo el rendimiento», apunta en conversación telefónica con este diario. «Con el teletrabajo nos hemos encontrado que no tenían ya un proyecto se han visto forzados a hacerlo. Han tenido que adoptar medidas de urgencia y no han implementado medidas de seguridad», valora.

La consolidación de la venta online

El comercio electrónico también ha sido uno de los grandes beneficiados de la pandemia. Ante la imposibilidad de adquirir productos en tiendas físicas, numerosas empresas han visto florecer sus ventas a través de internet. Aquellas que no contaban con una tienda online propia han tenido que crearla con urgencia. Otros, como Mercadona, se han visto obligados a mejorar la experiencia de usuario y ampliar territorios tras su ensayo en Valencia.

El confinamiento ha disparado las ventas online. Según la consultora Kantar, las compras online de gran consumo alcanzaron su máximo histórico en la tercera semana de confinamiento por la crisis del coronavirus. A pesar de las dificultades del canal online para responder a la creciente demanda de los consumidores, el «ecommerce» siguió ganando cuota de mercado y roza ya los tres puntos. Los productos que mayoritariamente se están comprando mediante este canal son la alimentación seca, la bebida y la droguería.

Además, el futuro, como se ha visto con mayor claridad en estos meses, es la omnicanalidad. Es decir, emplear canales físicos y digitales para la distribución de los productos y servicios comercializados. Aunque las tiendas online suelen estar, aparentemente, más orientadas a las grandes compañías, pymes de todos los sectores se han dado cuenta de la importancia para generar nuevos ingresos. Creada una tienda, no hay vuelta atrás. Incluso en tiempos post-Covid, aquellas empresas que hayan mejorado sus estrategias online las reforzarán. Incluso negocios tan tradicionales como la venta de pescado fresco se ha mantenido gracias a internet: se ha disparado más de un 600% en la Lonja de Almería, donde se hacen 80 pedidos al día. Sin duda, será una tendencia al alza que se quedará en la sociedad.

La llegada de nuevos robots asistenciales

La robotización de los procesos industriales y la robótica asistencial es un campo cuyo interés ha aumentado exponencialmente en los últimos años para eliminar tareas repetitivas y solucionar la viabilidad de algunos trabajos. En países como China, foco original del coronavirus, se han visto máquinas de comportamiento autónomos que han permitido llevar a personas infectadas desde material médico para mantener el distanciamiento social a productos alimenticios.

«La robotización tiene una presencia creciente en un entorno constante de mejora de la medicina tras la crisis generada por el covid-19. Desde los exoesqueletos de ayuda para la tercera edad o la fisioterapia, pasando por los que ayudan como celadores con inteligencia artificial para dar soporte como cuidadores en casos de Alzhéimer, robots conversacionales para pacientes con enfermedades mentales, o, como hemos visto, robots que han multiplicado por 4 la capacidad para realizar test de PCR en laboratorio, se abre un amplio escenario. El futuro del más allá son los nanobots para nanocirugías a nivel celular o incluso menor, pero conformémonos por el momento en lo que se puede aplicar de otros sectores en la sanidad», valora a este diario Frederic Llordachs, socio y cofundador de Doctoralia.

Extraños momentos, nuevas ideas. El Ejército español le ha encontrado un nuevo uso a su robot en el «Proyecto Atila»: ahora, en lugar de servir de máquina para labores de manipulación de explosivos, le han acoplado luces ultravioletas (UV-C) y lámparas germicidas para desinfectar entornos cercanos. Muchos casos en donde se le ha dado la vuelta a la tortilla y que, seguramente, se queden como herramientas de trabajo en los tiempos post-Covid. Otro ejemplo se encuentra en un robot móvil de desinfecció, ZenZoe, que de igual manera utiliza la luz ultravioleta para eliminar patógenos tanto en el aire como en superficies y objetos.

Desarrollado por la empresa española Asti Mobile Robotics y BoosTechnical Lighting, el robot, que puede moverse por las instalaciones que se desea desinfectar, logra una reducción de la carga vírica y bacteriana de hasta el 99,99%. «Se trata de un acercamiento proactivo a un problema de infección y propagación del virus, la implicación directa de todos los niveles de ambas organizaciones y un espíritu dinámico, innovador y abierto, ha dado como resultado un producto que ha demostrado, que desinfecta, con una mayor eficacia, velocidad y eficiencia que ningún otro, y que actúa de manera letal sobre cualquiera de los patógenos objeto de preocupación actualmente», apunta en un comunicado Alfonso Vázquez de Prada, director general de Boos Technical Lighting.

Nuevas herramientas de monitorización

La tragedia del 11-S derivó en una mayor vigilancia y endurecimiento de los controles de acceso a recintos multitudinarios y servicios de transporte. El coronavirus dará inicio a otra era de control. Muchos países han visto en la tecnología y en las aplicaciones móviles un aliado necesario para contener la pandemia. Apple y Google, por su parte, han llegado a un acuerdo de colaboración sin precedentes con el objetivo de desarrollar una herramienta con ese fin. Su funcionamiento es bastante simple. Gracias al empleo del Bluetooth, puede alertar a los usuarios que hayan entrado en contacto con una persona infectada por Covid-19.

Autoridades sanitarias y países como Francia, Alemania o España también están trabajando en sus propias herramientas. Sin embargo, la negativa de Apple y Google a hacer cambios en los protocolos de privacidad para permitir acceso a la geolocalización ha supuesto un obstáculo para su creación. Y han surgido voces críticas que han llamado la atención sobre los riesgos de que este tipo de aplicaciones, que permiten al estado acceder a un flujo mayor de información del ciudadano.

«Tiene que haber equilibrio entre privacidad y seguridad. En una situación muy grave, como la actual, entiendo que los gobiernos quieran monitorizar estos datos. Los usan para hacer un seguimiento de tus movimientos para saber si estás en contacto con gente contagiada. No obstante, cuando termine todo esto, me preocupa que resulte difícil que los gobiernos renuncien a esos poderes», explicaba a ABC hace algo más de una semana el consejero delegado de la empresa de ciberseguridad Kaspersky, Eugene Kaspersky.

Impulso a la salud portátil y la telemedicina

Lo que está claro es que la salud portátil también será otra de las tendencias más fuertes en el futuro. Herramientas y aparatos electrónicos capaces de monitorizar el bienestar de cada persona que se extenderán, aún más, entre la población. Hay prototipos incluso de relojes inteligentes que permiten hacer análisis de sangre. El Apple Watch incluye en su versión más actual un sensor para realizar electrocardiogramas y compartirlo con su cardiólogo remotamente. Su pulsómetro es muy preciso, permitiendo incluso analizar el estrés de las personas. De hecho, está preparado para que en caso de caída fortuita mande un aviso a contactos elegidos y realice una llamada a emergencias. Otros modelos de marcas como Garmin o Honor han experimentado con pulsioxímetros, que permiten monitorizar el nivel de oxígeno en sangre. Aparatos que estaban hasta ahora destinados a uso médico. Es posible que aumente la demanda tras observar en la pandemia de la necesidad de un mayor control de la salud.

También hay interés en la teleasistencia a través de herramientas digitales. Cada vez más profesionales de la salud (en España la cifra ronda el 60% y en países como Brasil, el 90%, según este estudio) ya están usando herramientas como WhatsApp para comunicarse con pacientes y con otros profesionales sobre temas de salud. Los investigadores de MedioQuo lo tienen claro: la telemedicina proporciona «niveles adecuados» de atención e «identifica a aquellos que necesitan tratamiento o apoyo adicional», ya que se calcula que el 75% de las visitas físicas son innecesarias. En el tratamiento con pacientes, su principal ventaja es la de asegurar la continuidad de los cuidados en el hogar; en una situación normal, el paciente que sale de la consulta del médico se «pierde», y no se vuelve a activar hasta que el profesional lo requiera. Sin duda, nuevos canales de atención primaria surgirán.


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